jueves, 8 de diciembre de 2011
La confesión. Juan Carlos Mestre
La confesión
Padre, sé que he prometido enmendarme, pero confieso que los ricos me siguen poniendo furioso y mi opinión sobre la timocracia es irrefutable a todas luces. Mi aprecio por los apellidos de buena familia es semejante al interés que demuestro ante un hueso de aceituna. Los nobles me dan patadas en las canillas aunque el merengue de las marquesas me hace la boca agua. Mi respeto por los títulos heráldicos es comparable al que siento por una boñiga del caballo de Troya. Preferible ser un camello ante el ojo de una aguja a tener asegurado el porvenir en Jauja. Comprenda que no es fácil pasar ante el vellocino de oro sin ponerse las botas de goma para cruzar el Éufrates. Tal vez sea un resentido de primera clase pero la comodidad no está reñida con el proletariado. Usted dirá si esto se puede arreglar con un par de alibabás y cuarenta jaculatorias. No lo olvide, su propina es mi sueldo.
Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, 1957), poeta, músico, grabador y ensayista. Premio nacional de poesía 2009. Poemarios: Las estrellas para quien las trabaja, 2007, La casa roja, 2008.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
CONDESCENDENCIA. Enrique Gracia Trinidad
CONDESCENDENCIA El Nudo Gordiano no quiso desilusionar a Alejandro, pero ya estaba a punto de soltarse él solo. Enrique Grac...
-
Sal de la penumbra y llega hasta nosotros un momento benévola, con la pisada ligera de la decisión inquebrantable, terrible para los qu...
-
«Éste es un infeliz que viene perdido y es necesario socorrerle, pues todos los extranjeros y pobres son de Zeus » Homero, Odisea VI Ést...
-
Los dioscuros Puesto que la inmortalidad es una muerte de estrella, de infinito, y que la sangre busca un término breve...
No hay comentarios:
Publicar un comentario