Daemones
Silenciosos
derraman sus hechizos
en
la vida del hombre y lo construyen,
gobiernan
su locura y lo aniquilan
en
el umbral confuso de la noche.
Reparten
y entremezclan los destinos,
y
oprimidos de un vértigo gozoso,
aman
sólo la mutación constante,
pensamientos
de voluntad en guerra.
El
hombre es su juguete y su capricho,
su
instrumento y su dócil marioneta,
aunque
a veces los mire cara a cara
y
les haga saber su rebeldía.
Jesús Aller
(Gijón, 1956). Los dioses y los hombres. KRK, 2012
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