Iudicium Paridis
Este es el tiempo amargo de la mutua condena
con odiosa rutina que envenena las horas;
es necesario el éxtasis como el pan cotidiano
para encontrar cimientos profundos de la sangre.
Es posible otro mundo donde la pasión triunfe
de cálculos y leyes, donde el hombre construya
resplandecientes ritos libertarios, sintiendo
la belleza y el gozo del servicio de Venus.
A ciegas buscarás la razón de tus días,
no hay nombres ni esperanza en el encuentro último.
Destellos de placer hermosos como nubes
regresan dócilmente en la tarde callada.
Jesús Aller. Los dioses y los hombres. KRK, 2012.
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