martes, 7 de abril de 2020

TAL PERFECCIÓN NO ADMITE REPROCHE ALGUNO (SEGÚN HÖLDERLIN). José María Álvarez


TAL PERFECCIÓN NO ADMITE REPROCHE ALGUNO (SEGÚN HÖLDERLIN)


Paseaba yo un día

por El banquete. Ya

Sócrates,

y Agatón y

los demás han

cenado, ahora beben, están

alegres.

La conversación es eminente,

bastara por sí sola.

Y entonces…

ese sonar de flauta.

Y aparece Alcibiades,

coronado de hiedra y de violetas,

borracho y feliz, lleno de ardor.

Su divina hermosura se recorta en la puerta.

Se hace el silencio.

Todo cuanto han hablado…

Pero es esa belleza que contemplan

la que responde a todo.

Esa plenitud de la vida

hace palidecer la inteligencia.

¿El Amor? Yo soy

el Amor, les dice Alcibíades.


Detuve mis pasos.

Los miré.

Sí –dije–. Lo saben.

                                   No

hay

Civilización

sin Belleza.




José María Álvarez. El vaho de Dios [Poemas venezianos]. Edición de Alfredo Rodríguez. Renacimiento, 2017.

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