Monte
Cronion
Érase una vez
cuando creía en los cuentos
de hadas:
Érase una vez
Érase una vez
cuando no creía en nada
Érase una vez
cuando creía en los cuentos
de hadas de la nada:
Érase una vez
¿Cómo conciliar esta vida de
contradicciones?
¿Cómo poder mentir con tanta
lindeza
o hablar con tanta verdad?
¿Ves aquí mis huesos,
pequeñitos
caídos del ánfora rota,
desperdigados
en las profundidades de la
cueva de azufre de Dédalo?
Los sabios creen que se
trata de niños inmolados
al Rey Minos en el laberinto
de la existencia
donde ya nadie puede respirar
Pero los vapores sulfurosos
encogieron mis huesos
y yo era un adolescente.
Gunnar
Ekelöf. Opus incertum,
1959. En Non serviam. Antología poética.
Libros del innombrable, 2006. Selección, traducción y prólogo de Francisco J.
Úriz.
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