Ulises a Telémaco
Querido Telémaco:
La
guerra de Troya
ha terminado. No recuerdo quién fue el vencendor.
Seguro que los griegos: son los únicos
que dejarían tantos muertos en tan lejanas tierras…
Pero el camino de regreso a casa
ha resultado demasiado largo,
como si Poseidón, mientras nosotros perdíamos el tiempo,
se hubiera dedicado a ensanchar el espacio.
No sé ni dónde estoy ni qué tengo delante.
Diríase una isla llena de mugre:
matojos, edificios y cerdos gruñidores;
un jardín descuidado, una reina,
praderas y peñascos… Mi querido Telémaco:
todas las islas se parecen
después de tanta errancia, y el cerebro
ya confunde la cuenta de las olas,
y lloran los ojos ante el exceso de horizonte,
y obstruye los oídos la carne de las aguas.
No recuerdo ahora mismo el desenlace de la guerra,
ni cuántos años tienes, mi querido Telémaco.
Has de crecer en edad y en vigor.
Sólo los dioses saben si algún día
volveremos a vernos. Ya no eres aquel niño
que me vio contener los bueyes en su empuje.
La argucia de Palamedes impidió que viviéramos juntos.
Pero tal vez sea mejor así: en mi ausencia
libre quedas, Telémaco, de pasiones edípicas
y sueñas sueños impecables.
1972
Joseph Brodsky (Iósif
Alexándrovich Brodsky; 1940 - 1996) fue un poeta ruso-estadounidense, que nació
en Leningrado (actual San Petersburgo) y falleció en Nueva York. Ganó el Premio
Nobel de Literatura en 1987.
Imagen: Giorgio de Chirico. El retorno de Ulises.