viernes, 17 de enero de 2020

Hera. José Ángel Valente


Hera


Paestum.

                 Mil novecientos

setenta y tres.

                          En Paestum puse

la planta oscura

de la profanación

en el umbral secreto de la diosa

y vomité palabras líquidas y negras

en cuanta sombra allí pudiera

guardar la huella de sus pliegues de oro.


De antiguo opté por la lechuza,

no por tus ojos de ternera.

Conserva tú nupcial el lecho

de la persecución y la venganza.


Sobreviven Tiresias

Semele e Io.

Tú no, vindicativa.


Ofrecí bilis negra

en el umbral del templo.

Gusté del agrio

sabor de la blasfemia.

                                       Paestum.

También mueren los dioses, venerable.




José Ángel Valente. Mandorla. Cátedra, 1982.

Imagen: Templo de Hera en Paestum.

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