viernes, 26 de septiembre de 2014

La calle Pandrossou. Jaime Gil de Biedma



La calle Pandrossou


Bienamadas imágenes de Atenas.


En el barrio de Plaka,

junto a Monastiraki,

una calle vulgar con muchas tiendas.


Si alguno que me quiere

alguna vez va a Grecia

y pasa por allí, sobre todo en verano,

que me encomiende a ella.


Era un lunes de agosto

después de un año atroz, recién llegado.

Me acuerdo que de pronto amé la vida,

porque la calle olía

a cocina y a cuero de zapatos.


Jaime Gil de Biedma (Barcelona,1929  - 1990), uno de los poetas más importantes de la Generación del 50. Entre sus obras: Diario del artista seriamente enfermo, 1974, y Las personas del verbo, 1982.

martes, 16 de septiembre de 2014

Liberto. Seamus Heaney



Liberto

Ciertamente, la esclavitud alcanza su máxima justificación en
las primeras épocas del Imperio Romano; ya que un hombre
de una raza “atrasada” podía ser llevado al recinto de la civilización
y ser educado o entrenado en un oficio o en una profesión,
y convertirse en un miembro útil para la sociedad.
                        R. H. BARROW: LOS ROMANOS


Año tras año bajo los arcos subyugado,

Manumitido por pergaminos y en etapas,

Mi conchil era del tinte púrpura de vigilias

En calendarios de ayunos y abstinencia.


Memento homo quia pulvis es.”

Y me arrodillaba para que estamparan la ceniza,

Una fricción sedosa, como un ligero punteo de polvo-

Yo estaba bajo aquel pulgar, como toda mi casta.


Uno de los habitantes destinados a la tierra, sin remisión,

Buscaba la marca en vano sobre los agraciados optimi:

Sus estimaciones, sus tasadores ojos

Fijos sobre mi arqueado entrecejo como lampreas.


Luego llegó la poesía hasta aquella ciudad-

Yo abjuraba de toda hipocresía y autocompasión-

Y fue la poesía la que enjugó mi frente y la que me impulsó.

Ahora dirán que muerdo la mano que me alimentaba.


Seamus Heaney. Norte. Traducción: Margarita Ardanaz. Hiperión, 1995

CONDESCENDENCIA. Enrique Gracia Trinidad

  CONDESCENDENCIA   El Nudo Gordiano no quiso desilusionar a Alejandro, pero ya estaba a punto de soltarse él solo.   Enrique Grac...