viernes, 27 de enero de 2012

Otros tiempos. Gsús Bonilla



Otros tiempos

hubo gentes que adoraron al centeno

y al trigo

y al dios Pan
que acababa de ser madre


hubo hijos
aferrados a las rueda de un molino
donde hubo gentes
que soñaban mondas de patatas noches de mucho frío

y soñaban carbón
y saliva

y llagas

llagas también

hubo hambres
que soñaron gentes
y misericordias soñando gentes

y hubo horrores
soñando hombres y mujeres tatuados con un numero

hubo mujeres
que rezaron cruces
y hubo señales que soñaron lutos

y lutos soñando brevedad

y sueños de tiempo
y gentes que soñaron otros tiempos.


Gsús Bonilla (Don Benito, 1971). Entre sus obras El Forro y Ovejas esquiladas que tiemblas de frío.

sábado, 21 de enero de 2012

Príamo, rey de Troya. Jorge Espina




Príamo, rey de Troya

De niño tuve un potrillo ciego,
no recuerdo animal más alto, más blanco,
más manso.
De niño tuve un potrillo ciego,
yo era su lazarillo,
compartía con él mi merienda:
le gustaba la miel y la sal,
relinchar como un niño y
seguirme a todas partes.
De niño tuve un potrillo ciego,
añoro su olor animal y su tacto
de álamo verde.
Escondidos en su vientre
afilan mis recuerdos
soldados de madera.


Jorge Espina (Oviedo, 1966). Entre sus obras Reverdecer, 2010

domingo, 15 de enero de 2012

Ítaca: versión libre. Cristián Gómez Olivares



Ítaca: versión libre

Un antiguo compañero que sólo se dirigía a nosotros
en latín se acerca para advertirnos que las fuerzas
policiales han rodeado el recinto universitario

y han hecho salir con las manos levantadas
a los mejores poetas de nuestra generación.
Las rejas de la facultad están pintadas de un

azul corroído por el sol y por las lacrimógenas.
Los proveedores, en sus camiones, llegan con
la misma puntualidad de siempre al supermercado.

Ningún automovilista se detiene a contemplar
el operativo de la policía. El aire de santiago
está corroído por las partículas en suspensión,

por las vaguadas costeras, por las emisiones
industriales que las autoridades prometieron
erradicar definitivamente hace más de veinte
años. Pero es imposible de traducir al

inglés y los poetas que van subiendo al furgón
policial -los mejores, como dije, de nuestra
generación- serán pronto liberados tras

comprobarse sus domicilios, sesgándoles
las posibilidades de rasgar sus vestiduras y
hablar en contra de la brutalidad policial.

Al abandonar la zona de descargas, los camiones
vuelven a esas avenidas donde el tráfico vehicular
interfiere con el cumplimiento de un itinerario

que el chofer revisa para encontrar el camino más
corto que le lleve de vuelta al hogar sin la necesidad
de cubrirse con cera los oídos (esa mujer que te ha olvidado

tampoco ahora te va a reconocer) y la única sirena que
se escuche sea la de alguna ambulancia cruzando
la ciudad para hacer la última entrega

de una carga que también va de regreso.

Cristián Gómez Olivares. (Santiago de Chile, 1971). Poeta, traductor y crítico chileno, ha publicado, entre otros títulos, Homenaje a Chester Kallman (Luces de Gálibo, Málaga, 2010), Alfabeto para nadie (Fuga, Santiago, 2008).

martes, 3 de enero de 2012

El laberinto. José Ángel Valente



El laberinto

Desde el fondo del laberinto los dioses nos miraban tristes. Abrimos la puerta a la gran manada y corrieron los dioses con un tibio bramido por los campos. Así escogimos al mejor, al más robusto, al más bello entre todos, y lo sacrificamos en holocausto. El suceso corrió de boca en boca. Cayeron Palmira, Babilonia, Troya. Hubo matanzas colectivas en lejanas ciudades. Noé se apresuró a largar amarras con su muestra anacrónica de especies animales. Bajo una lluvia tenaz de cuarenta días y cuarenta noches arreamos sin tregua el rebaño divino hasta la escondida entrada del laberinto. Desde el fondo los dioses nos miran sin comprender, pues no saben cuál de ellos será el próximo.

José Ángel Valente (Orense 1929 - Ginebra 2000) fue poeta, ensayista y traductor. Adscrito en un primer momento al llamado Grupo poético de los 50, desde 1966 su poesía evoluciona hacia una Poesía del silencio, muy influida por la mística. A modo de esperanza, 1954, El inocente, 1970, Fragmentos de un libro futuro, 2000

CONDESCENDENCIA. Enrique Gracia Trinidad

  CONDESCENDENCIA   El Nudo Gordiano no quiso desilusionar a Alejandro, pero ya estaba a punto de soltarse él solo.   Enrique Grac...