domingo, 28 de diciembre de 2014

Los dioscuros. Julio Cortázar



Los dioscuros


Puesto que la inmortalidad es una muerte

de estrella, de infinito, y que la sangre

busca un término breve, una violenta fuga de delicia,

te daremos, oh Leda, alternativamente

a tus dos hijos.


Cuando desciende Cástor a las sombras

Pólux retorna adormilado y entra

por la puerta pequeña, y sólo el perro fiel lo acoge.

De qué jornada lamentable vuelves

con ojos cinerarios, y en el pelo

el hedor vesperal de los asfódelos.

Tú el inmortal, el que de amor hollado

cede su permanencia meridiana

para que Cástor suba hasta la madre

y a las pistas veloces de caballos.


Oh Pólux, no te ven, y como siempre

todo es preparativo o despedida.

Con una mano donde hay una flor

Leda ofrece el augurio de la ruta.

De espaldas a lo eterno, ella la eterna

preferirá por siempre al que la sangre signa,

al que murió en batalla, al que es de tierra.

Y lo más que tendrás, Pólux que aguardas

sólo de un perro huésped,

será en esta mejilla donde poses los labios

la sal del llanto por el que ha partido.


Julio Cortázar. Salvo el crepúsculo. Alfaguara, 1984.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Acteón que se salva. Jorge Guillén



Acteón que se salva


Se llamaba Acteón, tan culto era el linaje

De aquel hombre perdido

--Sin riesgo-- por campiña urbanizada,

Mensaje

De ciudad no remota.

¿Lo rústico en olvido?

Agrada

La maleza que brota

Como una incitación a rutas imprevistas.

El extraviado errante,

De pronto y sin querer, se descubre delante

De un campo de nudistas.

Oh, todos son correctos.

Acteón ve a una dama.

“Good morning” Acteón se figura que exclama.

¿Quizá “Lovely day”? Sin faunos, sin insectos,

Naturaleza aséptica no ofrece más que flor

Sin caricia de olor.

La gente charla. Nadie a nadie ve.

Los desnudos anulan sus desnudos,

Escudos

Contra las tentaciones. ¿Y la fe,

Bajo la luz del sol, en ti, Naturaleza?

Sin ninfas ni deidad, sin amor la belleza,

Acteón se va en busca de una casa de té.


Jorge Guillén. Homenaje. Reunión de vidas, 1967. En Obra poética. Antología. Alianza, 1984.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Sub voce. Vicente Gaos



Sub voce


Nos hacía visibles el sol.

Nos acogimos a la sombra.

No a la noche de las esquinas

(donde piden salvoconductos).

A la penumbra del silencio,

de las palabras musitadas,

sosegadas, pájaros libres

más allá de todas las rejas.

Mientras la luz esté manchada,

mientras la lluvia no descienda

sobre todos, justos e injustos,

y al árbol que mueve la hoja

se le niegue el viento y el agua,

se le tale el antojo y la rama,

seguiremos hablando en la cripta.


Vicente Gaos. Última Thule. Diputación de León, 1980.

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  CONDESCENDENCIA   El Nudo Gordiano no quiso desilusionar a Alejandro, pero ya estaba a punto de soltarse él solo.   Enrique Grac...