(Cuarentena)
El mar arrastra a la arena de la playa
sirenas con la ropa arañada, desnucadas.
Sale el sol y las moscas desovan
sobre carne y escamas futuras epidemias.
Los curiosos han ido invadiendo la arena.
Después llegan gaviotas, albatros, algún perro
asilvestrado que mastica los huesos.
Toda la noche fueron varando cuerpos.
Desde el pasado miércoles
no parte ningún buque de los muelles.
Hay cientos de sirenas desnucadas:
una canción borracha las atrae a la costa.
En las islas más grandes el hedor de las muertas
propaga ciertas pestes que han diezmado el turismo.
Has oído en la tele a un médico forense;
no sabe qué decir tras las autopsias.
Por las calles murmuran los vecinos
que hay suelto un asesino en serie.
Y guardan a sus hijas en los sótanos
y fuman más que antes
y se han comprado rifles y practican
disparando a latas de cerveza en sus jardines.
Pedro Andreu. Alquiler
a las afueras. Ediciones La Baragaña, 2014.
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