lunes, 15 de diciembre de 2014

Acteón que se salva. Jorge Guillén



Acteón que se salva


Se llamaba Acteón, tan culto era el linaje

De aquel hombre perdido

--Sin riesgo-- por campiña urbanizada,

Mensaje

De ciudad no remota.

¿Lo rústico en olvido?

Agrada

La maleza que brota

Como una incitación a rutas imprevistas.

El extraviado errante,

De pronto y sin querer, se descubre delante

De un campo de nudistas.

Oh, todos son correctos.

Acteón ve a una dama.

“Good morning” Acteón se figura que exclama.

¿Quizá “Lovely day”? Sin faunos, sin insectos,

Naturaleza aséptica no ofrece más que flor

Sin caricia de olor.

La gente charla. Nadie a nadie ve.

Los desnudos anulan sus desnudos,

Escudos

Contra las tentaciones. ¿Y la fe,

Bajo la luz del sol, en ti, Naturaleza?

Sin ninfas ni deidad, sin amor la belleza,

Acteón se va en busca de una casa de té.


Jorge Guillén. Homenaje. Reunión de vidas, 1967. En Obra poética. Antología. Alianza, 1984.

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